Las aleaciones de cobalto-cromo (CoCr), particularmente aquellas aleadas con molibdeno o tungsteno, son la opción principal para aplicaciones donde la resistencia extrema al desgaste es el requisito principal. Su superioridad se deriva de su estructura metalúrgica única y las propiedades inherentes del material. Las aleaciones CoCr se caracterizan por una estructura cristalina cúbica centrada en la cara (FCC) que proporciona una matriz resistente y dúctil. Sin embargo, su excepcional resistencia al desgaste se debe principalmente a la formación de carburos intermetálicos duros dentro de esta matriz.
Durante la solidificación y el procesamiento, el cromo se combina con el carbono para formar carburos de cromo increíblemente duros (por ejemplo, Cr23C6). Estos carburos se dispersan por toda la matriz de cobalto más blanda, creando una microestructura similar a un compuesto. Los carburos duros resisten la abrasión y los arañazos, mientras que la resistente matriz de cobalto absorbe el impacto y soporta los carburos, evitando que se desgarren. Esta combinación da como resultado un material que ofrece una excelente resistencia al agarrotamiento, la erosión y el desgaste por deslizamiento. Esto los hace indispensables no solo para implantes médicos (articulaciones de cadera/rodilla), sino también para aplicaciones industriales extremas como asientos de válvulas en sistemas de alta presión, placas de desgaste y herramientas de corte en entornos abrasivos.